En la primera elección presidencial de este año en América Latina ocurrida en El Salvador, se eligió por el 53% de los votos a Nayip Bukele, un joven carismático de 37 años identificado con los millennials, que usa vestimenta por demás informal, ex alcalde de la San Salvador, y que rompió con la tradicional polarización bipartidista, entre la derecha, representada por ARENA, y la izquierda, por el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLM).
Con ello se vuelve a repetir, aunque con matices diferentes, lo ocurrido en las elecciones de EEUU, con Donald Trump; en Brasil con Jair Bolsonaro; en Italia con Giuseppe Comte y en Hungría con Viktor Orbán, donde políticos con un nuevo perfil vienen a reemplazar a los tradicionales, ofreciendo respuestas claras y concretas a las necesidades y reclamos más acuciantes que reclama la sociedad, referidos principalmente a la corrupción, al trabajo, a las migraciones y a la seguridad.
Aunque este tipo de políticos para nada me conforman por las soluciones nacionalistas, autoritarias y discriminatorias que proponen y llevan a la práctica; es importante, en una año electoral como el que estamos en Argentina, rescatar de ellos la sinceridad y las respuestas -mucha veces exageradas (como lo del “Muro” de Trump o la “guerra a la delincuencia” de Bolsonaro)- que le ofrecen a sus electores.
Por ello, es que se hace necesario, para evitar sorpresas como estas y engaños, interrogar a nuestros candidatos a presidente, a vicepresidente, a legisladores y a gobernadores sobre qué soluciones concretas sobre temas centrales llevarán a cabo cuando sean electos. Esto nos ayudará a despejar la incertidumbre que nos embarga a todos, y así podremos decidir mejor nuestro voto.
Para ser prácticos, les preguntaría qué proponen para:
* Crear empleos decentes;
* Mejorar la calidad educativa;
* Terminar con la inflación y la recesión;
* Proveer alimentos y alojamientos a los indigentes que duerme y habita en las calles;
* Suprimir y reducir tributos y tarifas, ¿cuáles?, ¿cuándo? y, si son reducidas, ¿en qué proporción?;
* Terminar con los cortes de calles y rutas que obstruyen el ir a trabajar y a los centros de salud;
* Reducir los presupuestos del Estado en todos sus niveles;
* Que los presidentes dejen de dictar leyes mediante DNU;
* Evitar la suspensión de clases, por huelgas o toma de escuelas que han impedido a la educación primaria tener los 180 días de clases anuales desde hace 35 años;
* Tener una Justicia independiente, rápida y eficiente;
* Pasar a la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA) la justicia ordinaria, para que la financien sus habitantes, y no los de todo el país, como es ahora;
* Redistribuir la elección de los actuales 257 diputados nacionales, en proporción a la población de cada distrito, según lo que dispone la Constitución (art. 45); para que Córdoba que tiene 18, deje de estar menor representada que la CABA, que tiene 25 y Santa Fe 19, a pesar de contar menos habitantes;
* Que digan si aumentarán la edad jubilatoria;
* Si reducirá los haberes de los pasivos, como parece exigir el Fondo Monetario Internacional, y en ¿qué proporción?
* Derogar la inconstitucional reducción de jubilaciones decidida en Córdoba en 2015 (ley 10.333);
* No matar niños por nacer por abortos o adelantado partos, como ocurrió con la prematura niña de 6 meses de gestación, Esperanza, recientemente fallecida en Jujuy, luego de adelantarle el parto;
* Que no ingrese cocaína de Bolivia y marihuana de Paraguay;
* Que expresen sus preferencias sobre Venezuela: Nicolás Maduro o Juan Guaidó; y
* Para evitar los efectos del cambio climático, la contaminación, las inundaciones, etc.
Espero que las respuestas sean claras, y, si no la tienen, que lo digan con franqueza. No queremos volver a escuchar de nuevo si Macri es mejor o peor que Cristina. Las respuestas que se emitan serán más importantes que los discursos, que estamos cansados de escuchar, en los famosos debates televisivos, donde ser hablan vaguedades y se eluden las cuestiones de fondo.
Hablar claro y con sinceridad es lo mejor para entendernos en la vida y en la política.
Córdoba, febrero de 2019.