Los que amamos a ésta ciudad vemos con satisfacción que; pasada la luna de miel de los nuevos gobiernos nacional, provincial y municipal - liderado éste por el reelecto intendente Ramón Javier Mestre -; se ha comenzado a borrar la grieta que nos dividía y ha tomado fuerza el diálogo, el debate y búsqueda de consensos, lo que nos permitirá -entre todos- resolver los graves problemas que padece Córdoba.
Pero
también vemos con pesar, que va desapareciendo el lavado de cara que se le hizo
a la ciudad el año (electoral) pasado; que crecen los desbordes de cloacas,
desagües y hasta el cauce del rio Suquía cuando llueve; los baches en las
calles, las roturas de las veredas; los yuyales; los cortes del alumbrado público –o que a veces iluminan de día pero
no de noche-; los apagones de los semáforo; la mora en recoger la basura, el
desorden del tránsito y del estacionamiento; el descuido del arbolado y los
espacios verdes, el que haya calles sin pavimentar o sin cordón cuneta;
etcétera, Esperamos que esto se revierta pronto, y que no se postergue para al
próximo año electoral.
Obras básicas
Pero
en Córdoba hay pendientes obras básicas (no todas municipales), cómo: el
edificio del Concejo Deliberante, paralizado hace 9 años, y su vecino Centro Cultural,
en la zona del Mercado de Abasto; la habilitación del puente Letizia sobre el
Suquía en Barrio General Paz, frenada desde 2013; la ampliación de la
planta de Bajo Grande; los inacabados Centro Cultural de la Universidad
Nacional de Córdoba, en Duarte Quirós esquina Obispo Trejo, que debió
terminarse en 2013; el Planetario y el Observatorio del Parque de las Tejas; y
el CPC 12, ubicado en Barrio Ampliación Jardín Espinosa, entre calles
Celso Barros y O'Higgins.
No
se sabe qué se hará con el Batallón 141; con las vacías cárceles de encausado y
penitenciaría; con los teatros Comedia y la Piojera; el aguaducho y con el
traslado de Dioxitek S.A., empresa de Alta Córdoba que produce dióxido de
uranio para las centrales nucleares. En estado lamentable se encuentran los
cementerios San Jerónimo y San Vicente; y la Plaza de la Intendencia, en
especial su edificio central, donde antes se manejaban los semáforos, y su
playa de estacionamiento subterránea, que se inunda cuando llueve.
Otras
asignaturas pendientes son: el distribuidor de tránsito de la Plaza España; el
terminar la circunvalación y la costanera,; el urbanizar las villas de
emergencias y los asentamientos; el continuar la autopista de la Ruta 9 Norte y
la autovía de la Ruta 19 a San Francisco; el entubar el canal Los
Molinos-Córdoba; el obligar a que se terminen o demuelan varios edificios en
construcción de varios pisos de particulares, que desde hace años están
paralizados; y el mantener los trenes: de las sierras –que va a Cosquín en 2
horas- y el que en 20 horas llega a Buenos Aires.
No
todo es negativo; a pesar de la falta de recursos, los conflictos políticos,
especialmente el que hubo con el anterior gobierno nacional; se está por
terminar el Nudo Vial del Tropezón, la autovía a Río Cuarto y el segundo parque
educativo.
Es
hora que le reclamemos al gobierno Municipal, Provincial y Nacional; a las
universidades, a las empresas privadas, a los centros vecinales; a las ONG, y,
por qué no, también al SUOEM, para que entre todos concretemos estas obras.
Sueños
Pero
además de ello, como prometió Mestre el 1º de Marzo ante el Concejo
Deliberante, tenemos que hacer realidad algunos sueños, de los que poco se
habla por creerlos imposibles; cómo reavivar la idea de instalar un tren bala a
Buenos Aires, o de construir el subterráneo, que Mestre le propuso al gobierno
nacional a su regreso de China, solicitud que fue rechazada por el ministro Guillermo
Dietrich, olvidándose que en la Capital Federal se lo amplía y que en la
postergada Córdoba, donde Mauricio Macri hizo la diferencia que le dio el
triunfo en las elecciones, hay problemas de tránsito más grave que el que tiene
la Capital federal.
Mestre
al asumir afirmó: “El
mensaje en las urnas fue claro: es hora de hablar menos, hacer más y mejor,
sobre todo aquellas obras que son para siempre, que resuelven los problemas
para siempre, como fue antes, como debe ser siempre.
Por
esto clamamos los cordobeses.
Córdoba, Abril de 2016.