TEMA DEL MOMENTO
El mensaje del gobernador sobre el Estado de la Provincia
El 1º. de febrero el Gobernador hará la apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura, que se extenderán hasta el 31 de diciembre, siendo desde la reforma constitucional de 2001 las más largas del país; e informará “con un mensaje sobre elestado de la Provincias” (art. 144, 7 Const. Prov.).
La presidenta de la República deberá hacer lo propio el 1º. de Marzo (art. 99 inc. 8 de la Const. Nac.), luego de haber tenido prácticamente cerrado al Congreso, por no tener mayoría, después que terminaron las sesiones ordinarias, el 30 de noviembre del año pasado.
El mensaje de Schiaretti se escuchará a pocos días de que el presidente Barack Obama (25 de enero) pronunciara ante el Congreso de los Estados Unidos, un brillante informe sobre el “estado de la Unión” (Art. II, Secc. 3 de la Const. USA); que se trasmitió en directo por radio, televisión e Internet -en inglés y castellano- a todo el mundo; convocando a demócratas y republicanos a trabajar juntos para superar la crisis, después de haber perdido la mayoría en la Cámara de Representantes en las recientes elecciones de medio tiempo.
El mensaje fue respondido, como lo indica la tradición parlamentaria del país del Norte, por la oposición republicana por los representantes Paul Ryan, (Wiscosin), la Iliana Ros-Lehtinen (Florida), que lo expuso en castellano, y Michelle Bachmann (Minesota), que fijó la posición del Tea Party (de extrema derecha).
El primer discurso sobre el Estado de la Unión data de 1790, cuando el primer presidente George Washington, pronunció su “Mensaje anual” ante el Congreso en la Ciudad de Nueva York, que entonces era la capital provisional de Estados Unidos. Su sucesor, John Adams, continuó con la tradición.
Sin embargo, el tercer presidente del país, Thomas Jefferson, envió el mensaje por escrito en lugar de comparecer en persona ante las Cámaras. Durante más de un siglo después de él, los presidentes posteriores hacían sus mensajes anuales por escrito al Congreso.
En las primeras décadas, la mayoría de estos comunicados eran listas de las propuestas de ley que el presidente deseaba que el Congreso aprobara, reflexiones sobre el tenor de los tiempos y los problemas prácticos que surgían en el desarrollo de Estados Unidos. Los comentarios también trataban de la situación internacional y el lugar de Estados Unidos en el mundo.
Durante la guerra de secesión, Abraham Lincoln escribió en 1862 el más elocuente y memorable de todos los mensajes presidenciales enviado al Congreso, donde expresó:“Al liberar a los esclavos, aseguramos la libertad de los libres — igualmente honorable en lo que otorgamos y lo que preservamos.”
En 1913, Woodrow Wilson revivió la práctica de pronunciar el mensaje anual en persona.
En 1923, se pudo escuchar por primera vez por radio el discurso en vivo del presidente Calvin Coolidge. Con la elección de Franklin Delano Roosevelt en 1932, los estadounidenses se acostumbraron a escuchar a sus presidentes en la radio así como a verlos y escucharlos en los informativos de noticias en los cines.
En 1945, el mensaje anual se hizo conocido como el discurso del Estado de la Unión.
En 1947 el discurso del presidente Harry Truman se trasmitió por primera vez por televisión. Al reconocer el poder de la televisión, el presidente Lyndon Johnson cambió la hora del discurso de su tradicional mediodía hasta la noche, para que más televidentes pudieran verlo y escucharlo.
La tradición de la respuesta de la oposición comenzó en 1966 cuando dos congresistas republicanos, entre los que estaba el futuro presidente Gerald Ford, pronunciaron una respuesta republicana que fue televisada luego del discurso del Estado de la Unión pronunciado por el presidente Johnson.
Esperemos que en el informe de Schiaretti no sea un aburrido inventario de las obras o realizaciones hechas en el año que pasó –como muchas veces ocurre en estos mensajes-, sino que se haga una convocatoria, a oficialista y opositores, a lograr objetivos y a poner en marcha proyectos que nos permitan terminar con la dependencia que tenemos del gobierno central; a mejorar la educación; a superar la pobreza, el desempleo, la inseguridad, la falta de viviendas, de provisión de agua, de gas, de energía; y resolver los problemas de infraestructura que nos agobian. Y que la oposición, cambiando una tradición que en estos casos la tiene de espectador, prepare una respuesta acorde con esta temática, y que no se limite a protestar: porque no se ha fijado la fecha de las elecciones, o por la demolición de la Casa de las Tejas, sino que proponga un debate donde se planteen nuevas alternativas a las políticas del gobernador.
Córdoba, 29 de enero de 2011.
* Es profesor de Derecho Constitucional de la UNC y UCC y fue convencional constituyente provincial en 1986/7 y 2001.