El 6 de noviembre próximo se cumplen 30 años de la sanción de la constitución de nuestra ciudad, llamada Carta Orgánica Municipal de Córdoba, que cuando el sevillano Jerónimo Luis de Cabrera la fundó, el 6 de julio de 1573 en las orillas del río Suquía, la llamó como indica el título de esta nota, en recuerdo a la ciudad donde provenía la familia de su esposa, Luisa Martel de los Ríos. Hoy, nosotros y esta Carta Orgánica, la denominamos solo Córdoba, que significa “ciudad del río”.
Por haberla fundado, el 16 de marzo del año siguiente, Cabrera fue arrestado en Córdoba y llevado a Santiago del Estero, donde se lo condenó a muerte mediante el “garrote vil”, y su cabeza le fue cortada el 17 de agosto de 1574.
Nuestra ciudad, que ahora es más extensa y poblada que la de Andalucía, tiene más de 500 barrios, mientras la Ciudad Autónoma Buenos Aires (CABA), la más poblada del país, solo tiene 48, y no “los 100 barrios porteños” como exageraba el tango que cantaba Alberto Castillo.
La superficie de Córdoba es 576 kilómetros cuadrados, por lo que es más extensa que los 203 de la CABA, aunque está poblada por algo más un millón y medio de habitantes, o sea la mitad de la vecina del Rio de la Plata. Su área metropolitana, tiene más de dos millones de habitantes, en un territorio que incluye, junto al propio, el de los municipios de: Malagueño, La Calera, Saldán, Villa Allende y Malvinas Argentinas.
A Córdoba se la conoce también como “La Docta”, por las universidades que hay en ella. Monseñor Hernando Trejo y Sanabria fundó en 1613 la primera, dirigida por los jesuitas hasta su expulsión en 1767, y que en el siglo XIX pasó a ser Nacional. En 1956 se creó la Universidad Católica de Córdoba, privada, también de los jesuitas. Ambas tienen sus sedes y campus en nuestra ciudad, junto con las llamadas Siglo XXI, Blas Pascal, Tecnológica Nacional y Provincial.
En el centro de Córdoba está la plaza San Martín, frente de la Catedral y del antiguo Cabildo, donde hoy no están las oficinas del gobernador, ni del intendente. Sin embargo, dicho centro se desplaza poco a poco, si tenemos en cuenta la movilización de gentes y vehículos, hacia la plaza Vélez Sarsfield y el Patio Olmos, donde confluyen las avenidas Hipólito Irigoyen, Vélez Sarsfield y el boulevard San Juan.
La ciudad ha crecido desordenadamente sin un plan urbanístico, más horizontalmente, que en altura -como ocurrió en la CABA-. La Torre Capitalinas de 35 pisos es la más alta. Su avenida de circunvalación está desbordada, y la ciudad no tiene marcados sus límites, que son los 24 kilómetros de lados que tiene el cuadrado que forma el Departamento Capital. Por eso, más tarde que nunca, se acaba de sancionar una ordenanza de “instrumentos urbanísticos” que pretende poner orden en la mancha urbana cordobesa.
La gobernación y la casa del gobernador, están en el Centro Cívico del Bicentenario, mejor conocido como el Panal, inaugurado en el año 2011, emplazado en calle Rosario de Santa Fe 650. El intendente municipal y sus secretarías y dependencias, están en un edificio de 9 pisos, inaugurado en 1961, ubicado en Avenida Marcelo T. de Alvear 120, al frente del Paseo Sobremonte, de la Plaza de la Intendencia, y cerca del mejor edificio público de la ciudad que es el de Tribunales 1.
La nueva Legislatura provincial desde el año 2001 está ubicada de Avenida Emilio Olmos 580, presidido por la vice gobernador y sesiona con sus 70 legisladores; y el nuevo Concejo Deliberante Municipal, que tiene 31 concejales está presidido por el vice intendente, desde el 2024, en calle Intendente Ramón B. Mestre 55 esquina bajada Alvear.
Sus dos últimos intendentes antes de serlo, lo fueron en otros municipios, San Francisco en el caso de Marín Llaryora, y en Cruz Alta en el de Daniel Passerini. El primero aprobó la bandera del municipio, que pocos conocen, con tres franjas horizontales de colores rojo, blanco y amarillo, con un sol jesuita en el centro. Solo nos falta a los cordobeses un himno.
La ciudad tiene más de 300 centros vecinales y el municipio 14 Centros de Participación Comunal (CPC), con directores, empleados y Juntas de Participación Comunal, designados por el intendente, lo que no es descentralizar sino solo desconcentrar.
Como constituyente de la asamblea que aprobó la Carta Orgánica en 1995, propuse, sin éxito, que la ciudad estuviera dividida en comunas, con alcaldes elegidos por los vecinos, como un año después dispuso en la Constitución de la CABA, cuando creó 15 comunas, dirigidas por juntas elegidas por los vecinos, y como hay en las ciudades más pobladas de ambas Américas, que resuelven los problemas más cercanos a los que habitan en las mismas.
Los que vivimos y queremos a Córdoba le deseamos en este momento en que la pobreza y la inseguridad crecen, lo mejor, a 30 años de su Carta constitucional.