Córdoba está por reformar por primera vez su quinta Constitución, sancionada en 1987, después de 14 años de vigencia, para restablecer el sistema unicameral, lo que plantea dos interrogantes: sí es prudente hacerlo ahora y sí este régimen es mejor que el bicameral. 

En 148 años desde que se aprobó la Constitución Nacional sólo tuvo 5 reformas que están vigentes (1860, 1866, 1898, 1957 y 1994), la norteamericana en 214 años tuvo 27 enmiendas ( 2 están derogadas), en cambio la mejicana de 1917 (en es la octava de su historia) se reformó en 53 oportunidades hasta el año 1994.

La primera de Córdoba fue el Reglamento Provisional de 1821, en época del Gobernador Juan Bautista Bustos, que se reformó en 12 oportunidades. Durante la gobernación del rosista Manuel López "Quebracho", se dictó la segunda: el Código Constitucional Provisorio de 1947, que comenzaba con el "¡Viva la Confederación Argentina! ¡Mueran los Salvajes Unitarios!", que se reformó 6 veces. En 1855, con la organización nacional, siendo gobernador Alejo Carmen Guzmán, se dictó la tercera, que se reformó 2 veces. Las tres organizaban la Legislatura en forma unicameral.

BICAMERALIDAD

En 1870, siendo gobernador Felix de la Peña, se dictó la cuarta Constitución, que después de 49 años de cámara única en Córdoba, innovó al crear un Senado y una Cámara de Diputados, y fue reformada 5 veces (si contamos la de 1949 que se derogó en 1956). 

La quinta fue sancionada en la Convención de 1987, en la que se rechazó el proyecto del bloque del Peronismo Renovador y la Democracia Cristiana -que firmamos junto a José Manuel de la Sota- que establecía una Legislatura unicameral, de 76 miembros, 40 elegidos en los departamentos y 36 en lista única proporcional. Esta Constitución diseñó una Legislatura que crece exponencialmente y que tiene hoy 133 integrantes, 67 senadores y 66 diputados, como consecuencia de la negociación que el entonces gobernador Eduardo César Angeloz hizo para conseguir su reelección. Con casi la misma población Santa Fe tiene 69, en dos cámaras, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires 60, en una sola. Después del censo de octubre próximo el Senado cordobés aumentará a 75 miembros, si no se reforma la Constitución, 3 más que el Nacional, y superará nuestra Legislatura a la de Buenos Aires que tiene 139 senadores y diputados, con más de 3 veces la población de Córdoba.

En 180 años Córdoba ejerció 30 veces el poder constituyente, dictó 5 constituciones y las reformó en 25 oportunidades, lo que no es mucho ni poco, ya que quién manda en estos casos es la necesidad, como ocurre hoy, que no es posible permitir que siga creciendo una Legislatura superpoblada, con diputados elegidos por lista sábana, con proporcionalidad petrificada (36 bancas se le asignan al primero, 20 al segundo, 5 al tercero, 3 al cuarto y 2 al quinto), con reelección indefinida, que priva a los independientes y a los que no alcancen el 2 por ciento de los votos el ingreso a la misma; con baja calidad representativa ( por la lista sábana y la férrea disciplina de bloque y partidaria) y costosa (a pesar de la rebaja del 30 por ciento de las dietas).

Sólo 9 provincias argentinas tienen actualmente dos cámaras, en cambio tienen una las restantes 14, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y todos los municipios del país. Los Estados Unidos tiene bicameralidad en sus estados miembros, excepto Nebraska que tiene una cámara. En cambio tienen en todos sus estados unicameralidad las federaciones de Méjico, Brasil y Venezuela (en esta sólo tienen de 7 a 15 miembros). En Europa los landers de Alemania Federal y las Dietas Regionales de la República Federal de Austria, que son sus órganos parlamentarios, son unicamerales.

Nuestro Senado provincial no representa ni a estados federados, como en el orden Nacional y los estados federales; ni a una clase social distinta, como la de los Lores del Parlamento británico; ni a intereses corporativos, como la Legislatura del Chaco de la Constitución de 1954. Sus integrantes son votados en departamentos que no tienen entidad institucional, son meros dibujos en el mapa, ya que tampoco coinciden con los límites de las regiones de la Provincia, ni el número de senadores es proporcional a los habitantes de los mismos. 

Todo esto parece demostrar que es necesario y oportuno reformar la Constitución y que hay sólidos fundamentos para restablecer en Córdoba una Legislatura unicameral. 

Córdoba, junio de 2001.