El presidente Mauricio Macri ha convocado a un
amplio acuerdo nacional para que juntos hagamos el cambio, a lo que nadie puede
honestamente negarse, incluso cediendo algo de lo aspiran. Pero como cambiar no
es lo mismo que “parchar”, es importante que el gobierno conteste algunas
preguntas referidas al llamado cambio institucional.
El
cambio político
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¿Se va a cumplir con la Constitución
(Art. 45) para de que de una vez por todas, se fije de acuerdo al último censo de
población la cantidad de diputados que corresponden a los 24 distritos en que
se divide el país? Para que Córdoba, que
solo elige 18, deje de tener menos que la ciudad de Buenos Aires, que tiene 25,
y Santa Fe, que está representada por 19, a pesar de que ambos distritos tienen
menos habitantes.
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¿Si se va a adoptar el voto de
preferencia por el que el que vota puede marcar su preferencia por alguno de
los candidatos cualquiera sea el orden de ubicación en la lista a los efecto
que el mismo pueda ser cambiado de acuerdo a las preferencias que marquen los
electores? Como existe en Brasil, en la
Constitución de Córdoba -aunque no está reglamentado- y en la Carta Orgánica de
la Municipalidad de Córdoba -donde la reglamentación exige un mínimo de
preferencias absurdamente muy alto para cambiar las posiciones de los
candidatos, por lo que no lo usan los que sufragan.
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¿Se va a judicializar el manejo de las
elecciones, sin que se lo tercerice a empresas privadas (como ocurre con INDRA,
que hace el escrutinio provisorio desde 1997, y
MSA de Sergio Angelini, que tercerizó la Boleta Única Electrónica de la
CABA y en Salta) y va a adoptar el voto electrónico, siguiendo la exitosa experiencia
de Brasil, la India y de muchos de los condados de EEUU?
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¿Si se va a reformar el sistema de
elecciones primarias abiertas (PASO), para que dejen de ser una encuesta y sean
realmente elecciones interna de los partidos o alianzas que postulan más de un
candidato?
El
cambio en la Justicia
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¿Se va a transferir toda la Justicia “Nacional”
(ejercen igual jurisdicción que los tribunales provinciales, y que son más de
la mitad de la Justicia Federal que costeamos todos los
argentinos) a la Ciudad de Buenos Aires?
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¿Se van a cubrir la gran cantidad de
vacantes (más de un cuarto del total) de las magistraturas que hay actualmente
en el Poder Judicial de la Nación?
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¿Si se va a suprimir el recurso de
casación a la Cámara Nacional de Casación Penal, con sede en Buenos Aires, con
el que se recurren las sentencias de los tribunales orales que hay en el inferior del país, y reemplazarlos por un
recurso de apelación ante las Cámaras Federales que con sede en las provincias?
Con ello se evita que los recursos se limiten sólo a revisar el derecho y no se
los hechos que fundan los fallos, como exigió la Corte Suprema en el caso
“Casal”, y porque la Constitución exige que los juicios criminales deben
hacerse en la misma provincia (Art. 118 Constitución Nacional).
Cambio
en la educación
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¿Si se va a establecer una evaluación a
los alumnos que terminan el ciclo
educación segundaria, como tienen muchos países en la actualidad? Para
poder conocer la calidad de la educación secundaria y enfrentar el grave
problema de la deserción escolar en el secundario y en las universidades.
No es mucho lo que se
pregunta, pero las respuestas serán
importante para saber si el Cambio es en serio.
Córdoba, noviembre de 2017.