La reforma a la Constitución pinochetista de 1980 que acaba de aprobar el Congreso chileno borra las últimas amarras, ideadas por el gobierno militar para condicionar la democracia, y pone fin a la transición. Ello coincide con el 35º aniversario de la terminación del mandato del presidente más importante que tuvo el país hermano en el siglo XX, Eduardo Frei Montalva, que según una investigación que impulsa en estos días su hija, la senadora Carmen Frei, habría sido envenenado el 22 de enero 1982 en la Clínica Santa María de Santiago, por una infección generalizada luego de una operación de rutina. En dicho crimen habría participado el químico Eugenio Berríos que trabajó entre 1973-90 para la represión en la siniestra Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y que huyó de Chile en 1992, antes de un interrogatorio judicial sobre su participación en el asesinato de un político chileno en Washington. Fue custodiado por militares en Uruguay, de quienes intentó huir, y su cuerpo fue encontrado en 1995 con dos balazos en la cabeza en una playa de un balneario cercano a Montevideo.

Frei Montalva nació en Santiago el 16 de enero de 1911 de una familia de clase media baja. Ingresó en 1928 a la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile, y se recibió de abogado en 1932 con el Gran Premio de Honor como alumno sobresaliente. En 1933, viajó a Roma al Congreso Iberoamericano de la Juventud Católica, como presidente de la Juventud Católica de Chile y conoció al filósofo francés Jacques Maritain, quién influyó decisivamente en su pensamiento, y a quién admirariá toda su vida. 

Con un grupo de jóvenes socialcristianos creó la Falange Nacional en 1938, como una fracción del Partido Conservador, la que cuestinaba a los dirigentes y políticas del partido. En 1938 la Falange no respaldó al candidato a presidente del Partido Conservador, Gustavo Ross, y tras el triunfo del candidato del Frente Popular, Pedro Aguirre Cerdá , se produjo la ruptura definitiva con ese partido.

En 1935 Frei Montalva se casó con María Ruiz-Tagle y de esta unión nacieron siete hijos, entre ellos Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Presidente de la República entre 1994 y 2000. Ejerció la abogacía, escribió en El Diario Ilustrado, fue profesor de Derecho del Trabajo en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica y escribió dos libros “Chile Desconocido” (1937) y “La Política y el Espíritu” (1940), su obra fundamental. El presidente Juan Antonio Ríos lo nombró ministro de Obras Públicas cargo que ejerció entre mayo de 1945 y enero de 1946. En 1950, en el gobierno de González Videla, fue representante de Chile a la Asamblea de las Naciones Unida y participó en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.

En las elecciones parlamentarias de 1949, la Falange obtuvo un 3,9 por ciento de los votos, y eligió tres diputados y un senador, Eduardo Frei, el primero que lograba el partido, para el período 1949 a 1953. Para el período 1953 y 1957, fue nuevamente elegido senador por el Norte. En las elecciones de 1957, Frei tuvo un triunfo resonante en Santiago

En 1957 nace el Partido Demócrata Cristiano, que a partir de mediado de los años 60 sería hasta hoy el más grande de Chile. En 1958 fue candidato a la presidencia de la República y enfrentó a cuatro candidatos, resultando electo el de la derecha, Jorge Alessandri Rodríguez. En las elecciones parlamentarias de 1961, la Democracia Cristiana aumentó su votación, del 9,4 por ciento al 15,4 por ciento.

Al año siguiente, cuando terminamos el servicio militar, junto a mi amigo Enrique Saravia, visitamos Chile y durante dos horas conversamos con Eduardo Frei en el Senado, lo que nos dejó una impresión que nunca se borrará de nuestra memoria por su calidez y su extraordinaria personalidad.

En las elecciones presidenciales del 4 de setiembre de 1964,  en las que enarboló la bandera de la “Revolución en Libertad”, un ambicioso programa que inflamó de entusiasmo de las juventudes no solo de Chile sino de  toda América Latina, ganó con el 55,6 por ciento de los votos al socialista Salvador Allende, que obtuvo el 38,9 por ciento. Frei asumió el 4 de noviembre como Presidente con esta alta votación y siendo el PDC la primera fuerza en el Senado. Desde Córdoba, recuerdo, viajaron para asistir a ese acto más de 30 demócratas cristianos, junto a delegaciones de otras parte de Argentina y de otros países.

Su gobierno reanudó relaciones diplomáticas con la Unión Soviética e inició un plan de “promoción popular”, que creó más de 20 mil grupos de acción comunitaria, como las 5 mil juntas de vecinos y los 9 mil centros de madres que llegaron a nuclear a 450 mil mujeres. La reforma educacional fue el logro más espectacular de su gobierno, ya que amplió la educación básica de 6 a 8 años, y disminuyó la secundaria de 6 a 4 años. Dictó la ley de guarderías infantiles. Redujo el analfabetismo de un 16,4 al 11 por ciento. Construyó más de 3 mil nuevas escuelas y se duplicó el programa de asistencia para los alumnos de escasos recursos. El 20 por ciento del presupuesto se dedicó a educación.

Creó el Ministerio de la Vivienda, e impulsó un programa de viviendas para familias de ingresos medios y bajos. Las “vigas maestras”; del nuevo orden político y social, que eran la “Reforma Agraria” y la “Chilenización del cobre”, que requería contar con el respaldo del Congreso hizo crear el lema “un Parlamento para Frei”, para las elecciones de 1965, en las que el PDC obtuvo una mayoría espectacular, aumentando su representación de diputados, de un 15,4 por ciento en el año 1961, a un 42,3 por ciento; y en el Senado, de 14,1 al 46,4 por ciento. Como consecuencia de ello, en enero de 1966 se aprobó la “chilenización del cobre”, destinada a lograr una mayor participación del Estado en la propiedad de las minas. El Estado adquiriría gradualmente el 51 por ciento de la Gran Minería de El Teniente, Andina y Exótica, que estaba en manos de compañías estadounidenses. Se pretendía así aumentar la producción, refinar el cobre en Chile, incorporarse a la comercialización internacional, y mejorar la situación de los trabajadores.    

En enero de 1967 se aprobó la Ley de Reforma Agraria, que estableció como etapa inicial y transitoria los asentamientos, organizaciones para la explotación de la tierra hasta la asignación definitiva de la propiedad de los predios. Los asentamientos estaban bajo la supervisión de la Corporación de la Reforma Agraria (CORA). En mayo de 1968 se promulgó la Ley de Medicina Curativa; se creó también el Seguro de Accidente del Trabajo y el Fondo de Revalorización de Pensiones.

En agosto de 1969, la Democracia Cristiana designó su candidato presidencial a Radomiro Tomic, que era partidario de una vía “no capitalista de desarrollo”. Frei, no influyó para elegir un candidato de su línea política. La derecha proclamó a Jorge Alessandri Rodríguez y la izquierda, una vez más, la de Salvador Allende, quién triunfó en las elecciones de septiembre de 1970, con un 36,6 por ciento; Alessandri obtuvo un 34,9 por ciento, y Tomic, un 27,8 por ciento

En 1973, Frei fue elegido senador por Santiago, y más tarde fue designado presidente de ese Cuerpo, desde donde fue crítico al gobierno de la Unidad Popular, como pude comprobar en una entrevista que tuve con él en Santiago la semana anterior del trágico golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Frei señaló que este hecho era el resultado irremediable de una situación insostenible y sus críticas al gobierno militar se fueron acentuando a medida que se alejaba el regreso a la democracia. En los años del régimen militar Frei escribió varios libros y en 1977 integró la Comisión Norte-Sur, formada por personalidades de alto nivel internacional. Volví a Chile en 1990, siendo diputado nacional, el día que fue electo presidente Patricio Aylwin, uno de los seguidores de Eduardo Frei, pero este ya había fallecido y no pudo ver el regreso a la democracia.

Hoy se reconoce que los logros del gobierno de la “Revolución en Libertad” son los cimientos sobre los que se asienta el tan mentado éxito del país transandino. Los que recordamos que alguna vez la política se sostuvo en altos ideales soñamos que nuestros hijos y nietos vuelvan a conocer liderazgos sustentados en valores, como fue el de Eduardo Frei Montalva, que cambiaron el detino de un país y sembraron la esperanza en un continente.

Córdoba, agosto de 2005