El 2017, como todos los años impares, está
signado por las elecciones, y por ello todo lo que se hace en política está en
función de ganarlas, que por ser en este año sólo legislativas no cambiarán el
gobierno, y muy poco las mayorías parlamentarias, pero pondrán en carrera a los
que aspiran a las presidenciales de 2019. La táctica del gobierno, asesorado
por Jaime Durán Barba, es tensar la relación amigo-enemigo, propia de toda disputa
el poder, pero, en este caso, en vez de confrontar proyectos o programas
políticos se crea una falsa opción: Macri versus Cristina, apoyar al gobierno o
volver al kirchnerismo, el pasado contra el presente, volver a la “grieta”. Por
eso poco o nada importa qué hacer con el trabajo, la educación, la seguridad, el
cambio climático, etcétera. El Congreso casi no funciona, la economía está en
veremos, la seguridad es preocupante, la educación está a la deriva, las calles
cortadas, la Justicia sigue ineficaz y llena de vacantes, y la Corte Suprema es
el árbitro final de conflictos que nadie resuelve (ejemplos: tarifas del gas,
Milagro Sala).
Revertir
el empleo cero
Pero entonces, ¿qué hacer con los graves
problemas que nos aquejan?
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Lo primero es centrar
el debate político en la solución de los mismos, y no en quién o quiénes serán
candidatos en el año 2019. Enfocarnos en el futuro -que es por demás incierto-
y terminar con las falsas opciones como: volver a Cristina o ponerla presa,
sostenerlo a Macri o subirlo al helicóptero, acentuar la ceocracia o la
militancia camporista o piquetera.
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De lograrse esto,
habría que priorizar las cuestiones a resolver, que son muchas y muy complejas,
y casi todas no serán solucionadas antes de éstos comicios, ni de los de 2019,
como es, por caso, el de la educación.
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El trabajo se muestra como el tema que más angustia a los argentinos y
al mundo, ya que las nuevas tecnologías, aplicadas en el sector privado y
público, parecen encaminadas al empleo
cero. Trabajar hoy y mañana, no es lo mismo que veníamos haciendo hasta
ahora. Los robots, la informática, la electrónica y el mundo digital nos
obligan a pensar hoy, y preparar a las nuevas generaciones, para la innovación,
la creatividad y el uso de nuevos instrumentos, que ya existen y que variarán o
serán reemplazados por otros en poco tiempo, que nos permitirán gestar nuevos
emprendimientos.
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El trabajo decente, junto a la vida y la libertad, es el bien que toda
persona debe ejercitar para vivir con
dignidad. Sin valores la vida en sociedad carece de sentido.
El trabajo, que recordamos el 1º de
Mayo, es lo que más se discute en las últimas campañas electorales de distintos
países. Donald Trump triunfó en EEUU, con un florido discurso, por denunciar la
baja del empleo, la consecuente reducción de los salarios, los altos costos de
los servicios, como los de la medicina y la educación. Por eso les dijo a los
americanos: basta de inmigrantes que les quitan sus trabajos; revertiré el
tratado del Nafta que trasladó fábricas a México o Canadá, y propuso
repatriarlas, junto a las que se fueron a China; cuestionó el Tratado del
Cambio Climático de París de 2016 porque haría cerrar empresas que contaminan
el ambiente; propuso crear fuentes de trabajo a través de obras de
infraestructura y en las fuerzas armadas. Su lema “Haz América
grande de nuevo” (Make America Great
Again) ponía en primer lugar al empleo y
relegaba, a un segundo plano, otras cuestiones como la política internacional. Si
lo propuesto para solucionar esto es acertado, está por verse. Los discursos de
las campañas electorales de este año en Europa y América siguen la misma línea.
Terminar en Argentina con la pobreza, la
corrupción y el narcotráfico; traer inversores, equilibrar las finanzas
públicas, terminar con la inflación y la economía en negro, descentralizar, mejorar
la educación, reemplazar el empleo público por el privado, alivianar la presión
fiscal, mejorar la infraestructura, terminar con el festival de los subsidios,
reforzar la seguridad y cuidar el ambiente; son propósitos que hay que atender
para que todos tengan un trabajo, bien
remunerado, que les dé sentido a sus vidas y que les permita realizarse como
persona.
Si este vuelco se diera, ¿Cómo cambiaría
la visión que todos tenemos de la política? Hasta nos despertaría ganas de
participar.
Córdoba, abril de 2017.